Según UGT, la sanidad pública debe financiarse con impuestos directos, que gravan la renta de una forma proporcional al nivel de ingresos, y no acudiendo a la imposición indirecta, que, a su juicio, perjudica a las rentas salariales y especialmente a las economías domésticas menos solventes.

Para este sindicato, el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, ha incurrido en contradicciones flagrantes sobre la aplicación del céntimo sanitario. Recordó que inicialmente se mostró en contra y asumió el compromiso de eliminar este impuesto durante esta legislatura y que ahora considera "una temeridad" su eliminación.

En opinión de este sindicato, el Gobierno regional defiende una u otra postura "en función de la oportunidad política en su confrontación permanente con la Administración central".