Varela hizo estas declaraciones durante su intervención en el Congreso Internacional de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas de la Universidad Jaume I de Castellón dedicado a los límites a la conectividad permanente en el trabajo.

“Sólo con la combinación simultánea y armonizada de las propuestas anteriores será posible revertir una tendencia de consecuencias fatídicas para la salud de las personas. Y sin duda contribuiría a mejorar, de forma decisiva y permanente, nuestra competitividad y desarrollo económico, enraizándolo en unas relaciones laborales sostenibles y saludables”, declaró Varela.

José Varela destacó que, “en España, al menos un 25% de nuestra fuerza laboral trabaja con dispositivo conectado a Internet para fines empresariales y que, en 2022, el porcentaje de personal al que su empleador le proporciona un dispositivo portátil que permite la conexión móvil a Internet, con fines laborales, alcanzó el 42,75%, con varios sectores que superan ampliamente el 70%”.

“La universalización de dispositivos digitales, tanto en la esfera privada como en la laboral, un uso intensivo y cada vez más frecuente de Internet y una mayor prevalencia del teletrabajo ha llevado a que se difuminen, como nunca en nuestra historia, los límites entre vida personal y laboral” alertó.

Además, según Eurofound, “las personas que trabajan desde casa con regularidad son más del doble de propensas a trabajar por encima del límite máximo de 48 horas semanales y corren el riesgo de descansar menos de las 11 horas requeridas entre días laborables”.

Igualmente, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), a pesar de que mayoritariamente se clasifica el teletrabajo como algo positivo, entre aquellos que lo describen como negativo (19,2%) emergen dos cuestiones: un 63,4% lo califica como perjudicial porque se pueden trabajar muchas más horas que las establecidas y otro 58% porque dificulta la desconexión del trabajo durante los tiempos de descanso.

Al hilo de esto, Varela avisó de que “en 2017, sólo un convenio de los 1.892 registrados contenía una mención a la desconexión digital. En 2018, fueron 2 de 1.759. En lo que llevamos de 2022, los convenios que desarrollan un auténtico derecho a la desconexión se cifran en un paupérrimo 3%”.

“Una situación que obliga a todos los actores implicados a reflexionar sobre cómo hemos llegado hasta aquí, rediseñar nuestro modelo de relaciones laborales y actuar sin dilación y máxima determinación. Estamos ante una emergencia de salud pública que nos exige a todos una respuesta inmediata”, resolvió este representante sindical.