Para Garnacho, la actitud adoptada por el secretario general de UGT, Cándido Méndez, de pedir a José Luis Daza (Acción Sindical), Gustavo Gardey (Acción Social) y Dionisia García (vocal) que dimitan, es correcta. "Yo en su lugar haría eso. Si a mí me salen tres díscolos en la Ejecutiva, no lo acepto ni tres minutos. O me los cargo o me voy yo", aseguró.

Garnacho cree que esta crisis pone a UGT en una situación "complicada", peroindicó que no le ha sorprendido. "Yo que soy albañil", dijo, "cuando contruyes unos cimientos mal, por muy bonita que hagas una casa por encima, se te viene abajo. Y como la Ejecutiva se la hicieron a Cándido sus antecesores y lo que se buscó fue sumar votos para que quedáramos derrotados nosotros -los críticos-, esto es lo que ha pasado".

Según el dirigente de FEMCA-UGT, la suma de votos para lograr un apoyo mayoritario a Méndez en el Congreso de abril no se hizo en base a un proyecto sindical, sino n base a un reparto de votos, "y a la primera de cambio ese reparto de poder se ha ido al garete", afirmó.

Para Garnacho, lo que es "muy lamentable es que esto ocurra a los pocos meses del Congreso, con lo cual la mayoría que apoyó la candidatura de Cándido se ve muy mermada, porque esos tres (Daza, Gardey y Muñoz) representan a dos uniones importantes, como son Madrid y Valencia, y a una federación importante, como es la Federación de Industrias Afines (FIA)".

COMITE CONFEDERAL

Garnacho indicóque habrá que esperar a ver lo que ocurre en el próximo Comité Confederal de UGT, que se celebrará en junio, y ver si las uniones de Valencia y Madrid y la FIA retiran su apoyo a Méndez. Recordó que ayer mismo Rafael Recuenco, dirigente de UGT de Valencia, expresó su apoyo a Gardey y a los otros dos disidentes.

A la pregunta de si FEMCA-UGT apoyaría en el Comité Confederal que se cese a los tres disidentes en el supuesto de que no dimitieran voluntariamente, como todo parece indicar, Garnacho contestó "Haría lo que siempre hacemos, consultar a nuestra organización y hacer lo que mayoritariamente decidiera nuestra organización".

Garnacho cree que la actuación de Méndez en este conflicto es la adecuada. "Yo ya lo dije con dureza en el Comité Federal. A mí me surge eso y yo no lo acepto. O se van o me voy yo, pero yo no dirijo una organización en la que no puedas confiar en el equipo que está encargado de trabajar más directamente contigo", indicó.

Según Garnacho, "que adopte una decisión un equpo por unanimidad y nadie diga que se desmarca y luego se desmarque ante el órgano político, yo te aseguro que no lo admito y no lo acepto ni tres minutos".

Si Daza, Gardey y Muñoz no dimiten, existen dos posibilidades: o que les cese el Comité Confederal, para lo que es necesario el respaldo de dos tercios del Comité -apoyo con el que no cuenta Méndez-, o, como ayer mismo anunció el secretario general de UGT, mantenerles en el cargo, pero retirarles sus funciones.

Para Garnacho, esta última serí sólo una medida de espera hasta el próximo Comité Confederal y para no provocar un comité extraordinario. "Sólo sería aplazar la solución definitiva. A lo mejor Méndez lo que quiere es ver cuál es la reacción de las organizaciones de donde proceden los disidentes, si le retiran el apoyo", concluyó.