Una delegación de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, encabezada por su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió esta tarde con otra de UGT, con Cándido Méndez al frente.

La reunión, celebrada a petición de UGT, se enmarca en los contactos de la nueva dirección del sindicato emanada de su reciente Congreso Confederal.

En la rueda de prensa posterior, el responsable de Política Económica del PSOE, Jordi Sevilla, y el secretario de Acción Sindcal de UGT, Toni Ferrer, subrayaron la intención de ambos de mantener el contacto para tratar de llegar a acuerdos en algunas materias, preservando siempre la autonomía de las dos organizaciones y su derecho a discrepar en algunas cuestiones.

El sindicato trasladó al PSOE su preocupación por la falta de reanimación del empleo pese a los signos de recuperación económica que se atisban, y su rechazo a la reforma fiscal anunciada por el Gobierno, y que ven como una "profundización" de la de 1998.

Aqélla reforma, aseguró Ferrer, sólo tuvo efectos regresivos, como pérdida de equidad y de progresividad en los impuestos, especialmente en el IRPF. Además, denunció que la presión fiscal se ha incrementado en España mientras se ha reducido el gasto social, una combinación que conduce necesariamente al aumento de las desigualdades sociales.

Ferrer denunció además el "desprecio al diálogo social" demostrado por el Gobierno al negarse a negociar la reforma del subsidio por desempleo y limitarse a comunicásela a los sindicatos. Para UGT, aseguró, se trata de un claro recorte de la protección de los trabajadores.

Los socialistas, además de coincidir en estas denuncias, expusieron a los dirigentes de UGT su intención de exponer próximamente una alternativa fiscal, sometida aún a las consideraciones de un grupo de expertos.