La medida, que tiene carácter experimental y durará hasta setiembre, supone, según UGT, una discriminación entre los ciudadanos, ya que la forma en que se está planteando no asegura el mismo servicio para todos, al no poderse ofrecer en todo el país.

Además, UGT denuncia que Correos haya recurrido a la lista de parados del INE para cubrir las necesidades de personal del servicio de reparto en sábado, y "ha discriminado a trabajadores incluidos en la bolsa de trabajo interna de este organismo postal, que en la actualidad son más de 10.000".

A juicio de la central, esta medida, y la forma en que se ha adoptado, "fomenta el contrato basura, ya que los trabajadores que se contraten serán para repartir cartas seis horas en los sábados no laborales".

El sindicato advierte también de que contratar personal inexperto plantear otro problema adicional, lo que está motivando las quejas de los ciudadanos.