Saracíbar hizo estas manifestaciones al clausurar la III Universidad Europea de Ingenieros y Cuadros, organizaa en Madrid por UGT, y que contó también con la participación del sindicato francés CFDT y de la central alemana DGB.

El dirigente ugetista subrayó que, en las conversaciones que mantenga con el Gobierno, su sindicato insistirá en que la competitividad depende de la política económica del Gobierno y de la actuación de los empresarios "pero también de la participación de los sindicatos y los trabajadores en las empresas".

Saracíbar abogó explícitamente por la creación de "comisiones paritarias" paa establecer las estrategias empresariales, si bien tampoco descartó otros mecanismos de participación, como la presencia de sindicalistas en los Consejos de Administración de las empresas privadas, al igual que ocurre ya en las públicas.

Entre las funciones que reclaman para esas comisiones, Saracíbar enumeró el estudio de las necesidades de empleo y la contratación; la formación profesional; la organización del trabajo; la introducción de nuevas tecnologías; fusiones, inversiones y nuevas instalacioes; salud laboral; y medio ambiente.

El dirigente de UGT aseguró que su sindicato tiene una actitud "positiva" hacia la competitividad, y subrayó que, para lograr aumentos de la productividad del 10 ó el 20 por ciento, es necesario introducir la democracia económica en las empresas.

Eso no se consigue, añadio, recortando el empleo o reduciendo en uno o dos puntos los salarios, sino modificando en profundidad el concepto de competitividad y la cultura empresarial, "para que no tenga como objetivo l beneficio inmediato".

EL PEOR CAMINO

Por otra parte, Saracíbar señaló que UGT está dispuesta a tomarse "con prudencia y cautela" las negociaciones sobre el pacto de competitividad, pero advirtió que el Ejecutivo ha elegido "el peor de los caminos" al amenazar con imponer una ley de huelga no consensuada.

"Esas declaraciones son irresponsables, no van a ayudar al diálogo y al acuerdo. Nos parece además que se vislumbra una clara derechización de la política económica, que rechazaremos contundetemente", agregó.

Insistió en que el documento sobre el pacto de competitividad presentado por el Ejecutivo no es de recibo porque "lo único que garantiza con claridad es una reducción de los salarios", ya que, a su juicio, las promesas de controlar los beneficios repartidos por las empresas son sólo "declaraciones de intenciones".

A este respecto, Saracíbar se preguntó si el Gobierno está dispuesto a llevar al Parlamento leyes que impongan el control de los beneficios y la aplicación de una cláuula de revisión universal. Agregó que esas medidas no pueden condicionarse a eventuales acuerdos entre empresarios y trabajadores porque incorporarlas a la negociación colectiva "no es posible en la práctica".