UGT. DAZA, GARDEY Y MUÑOZ NO DIMITIRAN, PESE A LA PETICION DE MENDEZ
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Los secretarios de Acción Sindical, José Luis Daza, y de Acción Social de UGT, Gustavo Gardey, y la vocal de la Ejecutiva Dionisia Muñoz anunciarán mañana que no dimitirán de sus cargos en la Ejecutiva del sindicato, según informaron hoy a Servimedia fuentes cercanas a los dirigentes ugetistas.
El líder de UGT, Cándido Méndez, y los demás miembros de la Ejecutiv pidieron el pasado martes a Daza, Gardey y Muñoz que pusieran sus cargos a disposición de la Ejecutiva del sindicato presentando su dimisión por actuar en el pasado Comité Confederal en contra de lo que unámimemente había acordado la Ejecutiva.
Los tres disidentes votaron en contra de la mesa que debía dirigir el Comité Confederal celebrado el pasado mes de diciembre, mesa que había sido acordada con anterioridad por unanimidad por la Ejecutiva. A juicio de Méndez, esta actuación ha causado un "irremdiable" quebranto a la UGT y "un clima de falta de confianza".
Daza, Gardey y Muñoz habían pedido un período de reflexión que finaliza mañana, cuando anunciarán que no dimiten de sus cargos. Esta decisión coloca a la dirección del sindicato en una situación difícil, ya que ni Méndez ni la Ejecutiva pueden cesarles de sus cargos.
El cese de los disidentes sólo puede ser decidido por el Comité Confederal, para lo que es necesario un respaldo de dos tercios de los miembros del Comité. En el anteriorComité, el primero tras la elección de Méndez, la gestión del secretario general y su Ejecutiva sólo logró un apoyo del 59,7 por ciento.
Además, parece claro que las uniones y federaciones de las que proceden Daza (Madrid), Gardey (Valencia) y Muñoz (Federación de Industrias Afines) apoyarán a los disidentes y no la propuesta de Méndez y el resto de la Ejecutiva. Ayer mismo, el dirigente de UGT de Valencia, Rafael Recuenco, lanzó duras críticas contra Méndez y expresó su apoyo a Gardey.
Otra de ls posibilidades que le queda a Méndez, y que ayer apuntó en un encuentro informal con la prensa, es mantener a los disidentes en sus cargos, pero llevar a cabo una reordenación del trabajo dentro de la Ejecutiva y retirarles sus funciones.
Lo que parece claro que esta crisis de la dirección de UGT, que se produce sólo ocho meses después del Congreso de abril, en el que fue elegido Méndez, no favorece al sindicato, que ya atraviesa una difícil situación por todo el problema de la PSV y afronta debilitao las elecciones sindicales.
(SERVIMEDIA)
12 Ene 1995
NLV