Así lo señala en un comunicado difundido hoy por la Federación del Metal de UGT, en el que la central socialista reclama al Gobierno la apertura de una mesa de negociación para el sector del automóvil, con el fin de discutir nueas medidas que relancen al sector y eviten nuevas amenazas sobre el empleo.

Según UGT-Metal, durante el tercer trimestre de este año un total de 22.695 empleados de las empresas fabricantes de coches se verán afectados por expedientes de regulación temporal de empleo, casi el doble que el trimestre anterior.

Esto es consecuencia, explica UGT, de las nuevas previsiones de ventas que los fabricantes están haciendo tras la desfavorable evolución del mercado de coches en lo que va de año, "que podía aber sido superior si no es gracias al buen comportamiento de las exportaciones".

A esta situación se suma, según UGT-Metal, la negativa del Gobierno a ampliar el segundo Plan Renove, que finaliza el viernes de esta semana, y a reducir el impuesto de matriculación que grava a los coches. Todo ello, asegura el sindicato, podría aumentar el número de expedientes de regulación de empleo en el cuarto trimestre, "situación que puede ser mucho más grave en el subsector de componentes".

MEDIDA DE FUERZA

UGT coincide con los fabricantes de coches en la necesidad de adoptar nuevas medidas que permitan incentivar las ventas de coches, pero advierte a las empresas que si comienzan una ofensiva de expedientes para presionar al Gobierno se opondrá a su aprobación.

"Creemos que no se pueden utilizar estos mecanismos como medida de fuerza ante el Gobierno, porque no son buenos para el conjunto del sector y menos para los trabajadores, sino que debemos entablar una negociación con el Ejecutivo que nos permia poner en marcha nuevas fórmulas incentivadoras de las ventas", indica UGT.

UGT-Metal discrepa en la incidencia que los planes Renove han tenido en las ventas. Mientras el Gobierno la sitúa en un 11% de las ventas, el sindicato asegura que está por encima del 20%. UGT cree, al igual que los fabricantes, que las nuevas mediadas que se adopten deben ir en la línea de reducir el impuesto de matriculación.

UGT reconoce que la situación actual del déficit no permite la eliminación total e inmediata dl este impuesto, pero cree que es posible negociar entre la Administración, empresarios y sindicatos un calendario para rebajarlo "progresivamente", discriminando favorablemente a los coches de pequeña cilindrada, los turismos familiares y los automóviles de versión industrial.