Bruselas financiará actividades que fomenten el respeto del entorno en su colaboración con naciones en vías de desarrollo, desde campañas educativas hasta políticas, destinadas a una gesión prudente de los recursos naturales.

Las instituciones europeas son conscientes de que el agotamiento de los recursos naturales y la degradación del entorno tienen una negativa influencia en el desarrollo económico de estas regiones pobres del mundo, lo que limita los esfuerzos de la UE para conseguir el desarrollo sostenible en estos países y, por ello, se ha hecho necesario compaginar la política de cooperación con acciones de protección del medio ambiente.

El nuevo reglamento establece que a UE destinará, en los próximos seis años, un total de 93 millones de euros a apoyar políticas, estrategias y tecnologías que den prioridad a la protección medioambiental.

Entre otros, los proyectos piloto ejecutados "in situ", campañas de educación entre la población, formación e investigación, aparte de acciones que promuevan el comercio de productos elaborados de manera sostenible, son los firmes candidatos a esta aportación comunitaria.