En su "Guía del Empleo 1988", la Comisión constata una inferior tasa de empleo entre la población activa con alguna discapacidad y propone corregir en lo posible esa desigualdad. Los datos procedentes de los países miembros indican que no están haciendo todolo que podrían para que este sector de la sociedad ejerza su derecho a tener un trabajo digno.

De acuerdo con los datos ofrecidos por el Reino Unido y Dinamarca, el porcentaje de discapacitados entre la población en edad de trabajar es significativo (un 10% de británicos). Pero su tasa de empleo está por debajo del resto de población. El documento no alude a la situación en España.

Además, estas personas suelen tener menores posibilidades de acceso a la educación de nivel superior, por lo que susempleos son de baja responsabilidad y bajo sueldo. Por este motivo, muchas personas prefieren seguir recibiendo sus beneficios por discapacidad.

Todos los países de la Unión Europea se han comprometido a aumentar el empleo de las personas con discapacidad. De hecho, ya existen medidas en cada uno de los Estados miembros para facilitar la total participación de los minusválidos en el mercado laboral.

La "Guía del empleo 1.998" también ofrece una revisión a las políticas existentes, ya que incluye eyes antidiscriminación, sistema de cuotas, subvención para la compra de instrumentos especiales, rehabilitación y programas vocacionales, dirigidas a la integración de los desempleados en el mercado del trabajo.

La necesidad de formación y educación está también presente en todas las políticas europeas y, por eso, existe la integración a nivel escolar para anticiparla al mundo laboral.

Una alternativa ya existente y que la Comisión ve con buenos ojos es la creación de grupos de trabajo para los iscapacitados que no puedan acceder a empresas ordinarias.