La decisión del Ejecutivo europeo se basa en la opinión emitida por la Agencia Europea de Evaluación de Medicina, que el pasado julio aseguró que no existía riesgo para la salud pública.

La propuesta no afecta a la prohibición sobre la comercialización de la somatotropina bovina en la UE, con el fin de proteger la salud de los animles, que expira a finales de 1999, aunque la Comisión ha propuesto que sea permanente.