Glaxo Wellcome notificó la aplicación de este sistema el 6 de marzo de 1998 y en el mes de setiembre de ese mismo año la Comisión Europea envió una carta de aviso a la firma para comunicarle que ese procedimiento conculca las reglas del mercado comunitario.

La filial española de la primera multinaional farmacéutica del mundo justificó en su día la puesta en marcha de este sistema de precios como fórmula para evitar las exportaciones paralelas.

Según Glaxo Wellcome, este sistema impide que el precio autorizado y fijado con carácter nacional por la Administración sanitaria para los medicamentos de venta con receta y reembolsados por el Sistema Nacional de Salud (que en la mayoría de los casos es inferior al de otros países europeos) "sea aprovechado por empresas distribuidoras, en muchos casos ceada al efecto, que se limitan a comprar en España y vender en otros paises europeos, obteniendo grandes beneficios".