La medida que pretende fomentar el diálogo social, afectaría a las pequeñas empresas de ámbito nacional y supondría que los trabajadores podrían anular las decisiones toadas por sus superiores en caso de que se violara esta regla básica.

El principio de la consulta de los trabajadores es ya obligatorio en las multinacionales, a través de los consejos de empresa. Hasta el momento Unice, la federación patronal europea, ya se ha declarado contraria a la iniciativa.

Los empresarios temen, entre otras cosas, que la obligación de consultar a los empleados incremente los papeleos y la burocracia. Por su parte, la Confederación europea de sindicatos (CES) considera que a consulta y la información son un derecho fundamental de los trabajadores.