El viernes pasado, un grupo de delegados enviados por la UE se entrevistó en la capital búlgara con expertos búlgaros para informar de las conclusiones tomadas por experos europeos e internacionales acerca de los peligros que conllevaría mantener en funcionamiento la planta de Kosloduj, ya que no hay garantías de que los reactores sigan funcionando con toda seguridad y tampoco hay perspectivas de que la situación pueda mejorar.

Por el contrario, el Gobierno de Sofia ha insistido en mantener activa la planta hasta su cierre definitivo, hacia el año 2010. Tiene previsto, no obstante, clausurar los reactores I y II entre el 2005 y el 2006. La Unión Europea, por su parte seguirá presionando en la próxima reunión entre las partes, en junio, para conseguir un paro inmediato de todos los reactores de Kosloduj.