La última víctima por ahogamiento se registró ayer en Pinto, cuando un niño de cinco años fue rescatado en la piscina municipal de esa localidad madrileña en coma profundo.

Aunque el accidente de ayer ocurrió en una piscina infantil y no en la de adultos, es habitual que los padres permitan a sus hijos nadar en las piscinas grandes.

La asociación de consumidores recomienda a los padres que utilicen la piscina infantil, que es obligatoria en todas las instalaciones públicas y está concebida para niños menores de 6 años. Esta debe estar obligatoriamente en un recinto separado de la de los adultos.

Además, debe reunir las mismas condiciones que la de los adultos y sólo se debe diferenciar en la profundidad y en las pendientes, que no han de superar nunca el 10 por ciento. El sistema de depuración del agua deberá ser independiente del de la piscina de adultos.

De acuerdo con la normativa actual, todas las piscinas cuya extensión sea superior a 500 metros cuadrados de ámina de agua es obligatorio la presencia de un ATS o un médico, si es inferior tiene que haber un botiquín de primeros auxilios, en ambos casos debe haber una persona responsable de las instalaciones.

Los socorristas, según recoge la normativa, deben ser expertos nadadores y conocedores de la práctica de los primeros auxilios en casos de asfixia por imersión. Su presencia es obligatoria sólo si la lámina de la piscina supera los 200 metros cuadrados; si no, depende del criterio de cada ayuntamiento oadministración regional.

En la Comunidad Autónoma de Madrid es obligatorio que haya un socorrista en cada piscina, y si la superficie de la piscina es mayor de 500 metros cuadrados deberá haber dos socorristas.

Por lo que se refiere a las escaleras deben estar fabricadas con materiales antideslizantes y tienen que estar instaladas en los cuatro ángulos teóricos de la piscina.

CORTES DE DIGESTION

La UCE también advierte del riesgo que suponen los cortes de digestión y explica que no se prodcen por la inmersión directa en el agua sin haber esperado las dos horas de rigor tras la comida, sino por el cambio brusco de temperatura que supone el paso de estar tomando el sol a sumergirse en el agua.

Para evitar esto, la asociación de consumidores recomienda mojarse el cuerpo poco a poco, para que éste se adapte al cambio de temperaturas sin traumas.