Esta organización señala en un comunicado que relacionar el plan de modernización de los pequeños comercios con la libertad de horarios "carece de sentido". A su juicio, el verdadero reto del pequeño comercio es adaptarse a los consumidores, que demandan cada vez más servicios y productos de calidad y una mejora en el acceso a los mismos.

Para esta asociación de consumidores, la limitación de los horarios comerciales supone un "retroceso" en la atenciónal consumidor y "una traba importante para la plena integración de la mujer en la vida laboral, dado que hasta el momento es la mujer, en un porcentaje importante, la protagonista del acto de compra".

Por ello, los responsables de la UCE consideran que retrasar hasta el 2001 la libertad de horarios comerciales es "una medida restrictiva en una sociedad comprometida con la libre competencia".