Además, un 69,5 por ciento de los padres o tutores encuestados cree que el nivel de contenidos violentos en la programación infantil también es "más bien alto" o "muy alto". Sólo un 4,2 por ciento piensa que el grado de violencia en los programas para los niños es "más bien bajo" o "muy bajo".

A la hora de reprtir la responsabilidad sobre el control de los niños ante la televisión, sólo el 44,4 por ciento afirma que los padres son los únicos responsables de evitar que los menores vean programas violentos o no adecuados para su edad.

Mientras que el 95,3 por ciento afirma que son las distintas cadenas las que deberían llegar a un acuerdo entre ellas para emitir menos contenidos violentos en su programación, y el 93,1 por ciento cree que debería impedirse que las televisiones emitieran programas violentos enlas horas de programación infantil.

En general, más de la mitad de los encuestados, el 55 por ciento, opina que la televisión perjudica el rendimiento escolar de los niños, frente a tan sólo un 4,3 por ciento que sostiene que lo favorece. Para el 26,9, es indiferente.

Los horarios más habituales en los que los niños ven la televisión es a la hora de comer (43,2%), durante la cena (48,3%) y después de cenar (34,8%). Un 32,9 por ciento se queda viendo la televisión hasta las 11 de la noche y sólo u 12,2 hasta las 12. Si al día siguiente es festivo el horario se prolonga hasta las 12 de la noche (33,6%) o incluso hasta después de la medianoche (24,7%).

Las preferencias a la hora de elegir qué ver en la televisión se reparten entre las películas, que son elegidas tanto por los padres (25,9%) como por los niños (33,2%); los telediarios, a los que más tiempo dedican los mayores (39,6%); y los dibujos animados, preferidos por el 25,3 por ciento de los menores.

El estudio "Hábitos de comportamieto ante la televisión" se realizó del 15 al 26 de enero de 1998 en el municipio de Madrid, sobre una muestra de 400 entrevistas realizadas entre la población de 6 a 18 años, aplicándose un cuestionario complementario a la madre, padre o tutor del individuo seleccionado.