Durante una visita a las obras, Gallardón destacó que el nuevo túnel, del que ya se ha construido el 87%, aliviará la circulación de 35.000 vehículos diarios en superficiey comunicará sin un sólo semáforo el corazón de la ciudad, la calle de Alcalá a la altura del Retiro, con la M-30.

Las obras del túnel, que tiene 1.441 metros de longitud, de los que 1.180 son bajo cubierta y el resto corresponde a las rampas de acceso y salida, incluyen también la ampliación de las aceras, la creación de una mediana ajardinada, la construcción de más de un kilómetro de carril-bici entre Doctor Esquerdo y El Retiro, y la reserva de una plataforma para autobuses que circulen en sentido entrada.

"Como todas las obras que impulsamos", aseguró Ruiz-Gallardón, "hemos querido que ésta contribuya a enriquecer el patrimonio verde de la ciudad". Explicó que el ayuntamiento plantará 20 árboles de alineación, más otros 272, como medida compensatoria por los diez afectados y los 23 transplantados por las obras, en zonas verdes de la ciudad como Pinar de Barajas, Forestal de Vicálvaro y Parque de los Llanos.

Con la comunicación de los dos extremos del subterráneo concluyen los trabajos de excavación desde ambas bocas del túnel, que comenzaron el pasado noviembre, con un avance medio diario de 20 metros por la embocadura más cercana a la M-30 y de ocho metros por la de Alcalá.

El túnel de O’Donnell tendrá dos carriles de 3,5 metros y aceras de 0,75 metros, y contará con los más avanzados sistemas de seguridad, según el alcalde, que incluyen tres salidas y tres pozos de ventilación de emergencias, circuito cerrado de televisión, sistema de megafonía, postes SOS y suministro de energía con doble acometida a dos compañías.