Trujillo proclamó que, "para este Gobierno, la vivienda es un dereco, no una mercancía" y añadió que "debemos considerar todas las alternativas posibles" para hacer realidad este derecho, tanto la vivienda en propiedad como en alquiler.

"El arrendamiento y la propiedad son formas de acceder a la vivienda. Probablemente, poco a poco se irá modificando la cultura de la propiedad por la del arrendamiento. Con toda seguridad, este cambio significará modernidad, movilidad y desarrollo socioeconómico", apuntó.

Trujillo pidió, en declaraciones posteriores a los perioditas, comprensión y paciencia para el nuevo ministerio, que comparte sede con el Ministerio de Fomento y hereda la antigua Dirección General de la Vivienda.

No obstante, la primera tarea del departamento será la elaboración de un Plan de Choque sobre Vivienda que será presentado en uno de los próximos consejos de ministros, aunque no pudo concretar cuándo.

Trujillo aseguró en su discurso que la política de vivienda y suelo será "transversal", por residir las competencias en las autonomías y los ayntamientos, y que se basará en la "concertación y el diálogo", tanto con las restantes administraciones públicas como con todos los agentes del sector, incluídos los jóvenes, los usuarios y consumidores, los colegios profesionales, las organizaciones empresariales y sindicales, y las instituciones financieras.

Mostró su voluntad de iniciar "una nueva etapa que se quiere alejar lo antes posible" de la situación actual, caracterizada por la construcción de más viviendas que nunca, la disposición de más uelo que nunca y la existencia de más viviendas vacías que nunca, mientras que "nunca la compra o alquiler de una vivienda ha resultado tan cara como ahora en nuestro país".

En el encuentro con los informadores, Trujillo señaló que las máximas de su departamento serán básicamente dos: "Voluntad y cumplimiento de los compromisos". Dicho en términos coloquiales, según Trujillo, "si se quiere, se puede" y "si se dice, se hace".