Este triunfo era de especial importancia para Feijóo. En primer lugar, porque planteó las elecciones como el primer plebiscito en el que los ciudadanos darían la espalda a Sánchez por sus pactos con los partidos independentistas catalanes y vascos. Especialmente, por la amnistía que el PSOE todavía negocia con Junts en el Congreso de los Diputados.

Al PP, sin embargo, se le vino en contra en un primer momento. Tras culminar una primera semana en clave nacional, una fuente acreditada dentro de la cúpula nacional habló ante 16 periodistas sobre las condiciones que el expresidente de la Generalitat de Cataluña fugado de la Justicia, Carles Puigdemont, debería cumplir para ser indultado por el PP. Ante la polémica que suscitó el tema dentro y fuera del partido, Feijóo zanjó el asunto al día siguiente y decidió enterrar la amnistía durante la última semana de la campaña electoral.

Tras dejar el “ruido” a un lado, volvió al plan inicial y enfocó los mítines en clave autonómica, aunque con algún guiño en política nacional, sobre todo por la tragedia de Barbate y las protestas de los agricultores. En el cuartel general de los populares en Santiago de Compostela no percibieron grandes cambios en sus encuestas internas, pero, tras reorientar el PP nacional su comunicación, no se volvió a tratar la amnistía.

Ahora, con la mayoría absoluta amarrada, el PP cargará contra los malos resultados del PSdeG, que obtuvo sus peores resultados a costa del BNG, y sacará pecho de su victoria en las primeras elecciones tras los comicios generales del pasado 23 de julio.

FEIJÓO ACIERTA SU PORRA

La victoria en Galicia era también muy importante para Feijóo por su pasado como presidente de la Xunta. Después de cosechar cuatro mayorías absolutas consecutivas, dejó la comunidad para embarcarse en la política nacional tras la crisis desatada en el seno del partido, que terminó con la marcha de Pablo Casado.

Feijóo fue quien eligió a Rueda, quien, después de casi dos años de gobierno, se examinaba por primera vez en las urnas. En Génova ha existido nerviosismo en esta última semana de campaña, pero su candidato finalmente ha cumplido con las expectativas y ha logrado alcanzar los 40 escaños que Feijóo le auguró.

Fue en Ourense, durante la celebración de la Unión Interparlamentaria del PP. En un corrillo con periodistas, el presidente nacional del PP predijo ante Rueda que no bajarían de los 40 escaños. Y así fue, a falta del recuento del voto exterior.

Justamente en Ourense hay todavía un escaño que puede caer en favor del PSOE, lo que evitaría que los socialistas bajasen de los dos dígitos en escaños en Galicia por primera vez en su historia. Sea como sea, Feijóo reforzó este domingo su posición y evitó una posible crisis en el seno de su partido.