TRINIDAD JIMENEZ (PSOE): ME PREOCUPA QUE LA SITUACION DE PIQUE PUEDA REPERCUTIR EN LA IMAGEN DE ESPAÑA
- "El presidente del Gobierno es quien ha roto el consenso en política exterior y de defensa"
- "La Unión Europea tiene que adoptar un mayor compromiso conel desarrollo de Marruecos"
-P. ¿Vd considera roto el consenso en política exterior?
-R. Las declaraciones qu se han efectuado por parte del PP e incluso del propio presidente del Gobierno en el sentido de que nosotros hemos roto el consenso en política exterior, me parecen absolutamente inaceptables, porque no son ciertas, e intolerables, por la forma en que se vienen expresando. Nosotros jamas hemos roto el consenso en política exterior. Han sido el PP y el presidente del Gobierno quienes lo han roto.
-P. ¿Ese consenso en política exterior sería más fácil y más natural sin Josep Piqué en este momento?
-R. Es probable. Tiene que haber un talante en primer lugar del propio presidente del Gobierno, que es quien orienta y decide la política exterior del país, y tiene que haber una voluntad explícita. Pero no ha habido por parte del presidente del Gobierno ningún intento en ningún momento de pactar con el líder de la oposición la política exterior y de defensa de este país.
-P. ¿Está sfriendo la imagen de España en este momento con un ministro que empieza a tener problemas con la justicia?
-R. Es evidente que un ministro al que se le ha elaborado un informe en el que se recoge que ha habido la comisión de un determinado delito, no es lo mismo que un ministro que está libre de toda sospecha. Me preocupa que eso pueda repercutir en la imagen de España. Pero esto el presidente del Gobierno lo puede ver también como el resto de los españoles y actuar en consecuencia, que es lo que debeía hacer.
-P. ¿Parece claro que consenso en política exterior no hay, dadas las diferencias sobre la construcción europea?
-R. No es que no haya consenso, más bien creo que el PP, el Gobierno, no tiene un proyecto de política exterior, y ante las propuestas que nosotros presentamos hay siempre una actitud de desprecio hacia ellas y se las califica como ocurrencias. Yo creo que si hubiera una cierta voluntad por parte del Gobierno de diseñar un proyecto de política exterior, de diseñar unos objetios y unos instrumentos, a lo mejor podríamos llegar a un consenso. Lo que no puede pretender el Gobierno es de forma unilateral, tomar decisiones sin consultarlas con nosotros, sobre todo cuando son decisiones que, desde nuestro punto de vista, no defienden suficientemente el interés general español.
-. ¿Y en materia de seguridad y defensa, y en concreto sobre el escudo antimisiles?
-R. El Gobierno se ha apresurado a darle su aprobación al presidente Bush y yo creo que se ha precipitado. Ahora bien, nosotros no lo hemos rechazado. Nosotros hemos dicho vamos a estudiarlo en el concierto europeo, vamos a ver dónde se instalaría, de quién nos defendería, qué grado de eficacia tendría...No vamos a decir sí de entrada, vamos a hacer un análisis porque incluso entre los políticos norteamericanos -en el cmpo democráta-, los expertos, los técnicos, existen dudas sobre su viabilidad. Nosotros queremos ser serios y rigurosos, y antes de dar nuestra aprobación a un determinado proyecto de defensa, lo que queremos es que se abra un debate y se estudie con rigor y con seriedad en el ámbito de la Unión Europea, porque nuestra política de seguridad y defensa solamente tiene futuro si la definimos en el ámbito europeo.
-P. ¿El mundo occidental se está inventando un enemigo para seguir con la carrera armamentísica?
-R. Yo creo mucho más en la diplomacia, antes que abrir una carrera armamentística, que es lo más nos preocupa. El mundo vive el fin de la guerra fría, el fin del equilibrio del terror, y tenemos la gran oportunidad histórica de definir un nuevo modelo de relaciones internacionales y, por tanto, de seguridad internacional. En este sentido, creo mucho más en la diplomacia antes que en las armas, porque realmente es verdad que existen países que pueden crear un cierto riesgo, pero también tenemos qe preguntarnos si no sería más adecuado intentar llegar con ellos a un acuerdo mediante las relaciones diplomáticas y evitar una carrera armamentística.
-P. ¿Esto parece un asunto que se está viviendo sólo entre países ricos?
-R. Yo reconozco que hay países que pueden crear una sensació de inseguridad en el mundo. Eso es un peligro potencial y nosotros tenemos la obligación de poner algún tipo de prevención a ese peligro. Pero hay peligros reales actuales, como el hambre y las pandemias, y entre ellas el sida, que están provocando centenares de miles de muertes. Eso es un problema tan grave como cualquier posible crisis nuclear que se pueda desatar. El hambre y la pobreza en el mundo es un riesgo de verdad de inestabilidad. Y no es solamanete una cuestión de pura sensibilidad política y umana y un deber ético, que también, es una cuestión de estabilidad internacional. El mundo occidental no puede permitir que más de la mitad de la población viva en condiciones extremas de pobreza, cuando tenemos los instrumentos y los recursos suficientes para ponerle fin.
-P. ¿Nos tenemos queacostumbrar a ser el gendarme de Europa para que no entren las pateras?
-R. No va a haber puertas ni verjas ni muros ni gendarme que pueda contener la presión migratoria en España y en el resto de Europa. Por eso, nosotros hemos planteado el fenómeno migratorio en un sentido más amplio. Si la presión migratoria va a ser enorme en los próximos años, tenemos que intentar educar a nuestros países a prepararse para el encuentro. Si Europa va a necesitar en los próximos 30 años entre 50 y 70 millones de emgrantes, tanto para cubrir la demanda de mano de obra como para sostener el sistema de pensiones de los europeos, pongamos los medios para que lleguen a nuestro país en las mejores condiciones. Esto supone cooperar con los países de la emigración de origen para que la gente que llegue a Europa tenga una mínima formación y esté preparada.
-P. ¿Y con Marruecos?
-R. La Unión Europea nos pide a nosotros que controlemos el flujo migratorio que viene desde Marruecos. Es lógico, porque aquí somos frontera, pero la Unión Europea tiene también que adoptar un mayor compromiso con el desarrollo de Marruecos, porque esa es la mejor manera de evitar que haya na presión migratoria excesiva que no podamos controlar.
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La secretaria de Internacional del Partido Socialista, Trinidad Jiménez, ha asegurado en una entrevista concedida a Servimedia que le preocupa que la situación del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, "pueda repercutir en la imagen de España". En su opinión, "el presidente de Gobierno es quien ha roto el consenso en política exterior y de defensa".
-P. ¿Vd considera roto el consenso en política exterior?
-R. Las declaraciones qu se han efectuado por parte del PP e incluso del propio presidente del Gobierno en el sentido de que nosotros hemos roto el consenso en política exterior, me parecen absolutamente inaceptables, porque no son ciertas, e intolerables, por la forma en que se vienen expresando. Nosotros jamas hemos roto el consenso en política exterior. Han sido el PP y el presidente del Gobierno quienes lo han roto.
El Gobierno del PP jamás se ha acercado a la oposición para decirle vamos a tratar tal tema en política exerior. No nos ha consultado en ningún momento ningún aspecto, ni una cuestión tan importante para nuestro futuro como nación, como es la seguridad en el ámbito europeo y en el ámbito internacional, como tampoco la ha consultado con el resto de sus socios europeos. Por tanto, es inaceptable que cuando ellos hacen una política unilateral y nosotros expresamos alguna opinión diferente, digan que nosotros hemos roto el consenso.
Si cuando el PP pone sobre la mesa cualquier política, en materia de políticaexterior y de defensa, nosotros no consideramos que sea buena para los intereses de España, tenemos la obligación como partido político de señalar ese error y presentar una alternativa, como estamos haciendo en todo momento.
Nosotros jamás hemos hecho ningún gesto en el exterior que supusiera erosionar lo más mínimo la imagen de España, y quiero recordar que cuando el presidente González estaba negociando los fondos estructurales, el líder de la oposición (Aznar) le estaba llamando 'pedigüeño' en el eterior.
-P. ¿Ese consenso en política exterior sería más fácil y más natural sin Josep Piqué en este momento?
-R. Es probable. Tiene que haber un talante en primer lugar del propio presidente del Gobierno, que es quien orienta y decide la política exterior del país, y tiene que haber una voluntad explícita. Pero no ha habido por parte del presidente del Gobierno ningún intento en ningún momento de pactar con el líder de la oposición la política exterior y de defensa de este país.
-P. ¿Está sfriendo la imagen de España en este momento con un ministro que empieza a tener problemas con la justicia?
-R. Es evidente que un ministro al que se le ha elaborado un informe en el que se recoge que ha habido la comisión de un determinado delito, no es lo mismo que un ministro que está libre de toda sospecha. Me preocupa que eso pueda repercutir en la imagen de España. Pero esto el presidente del Gobierno lo puede ver también como el resto de los españoles y actuar en consecuencia, que es lo que debeía hacer.
-P. ¿Parece claro que consenso en política exterior no hay, dadas las diferencias sobre la construcción europea?
-R. No es que no haya consenso, más bien creo que el PP, el Gobierno, no tiene un proyecto de política exterior, y ante las propuestas que nosotros presentamos hay siempre una actitud de desprecio hacia ellas y se las califica como ocurrencias. Yo creo que si hubiera una cierta voluntad por parte del Gobierno de diseñar un proyecto de política exterior, de diseñar unos objetios y unos instrumentos, a lo mejor podríamos llegar a un consenso. Lo que no puede pretender el Gobierno es de forma unilateral, tomar decisiones sin consultarlas con nosotros, sobre todo cuando son decisiones que, desde nuestro punto de vista, no defienden suficientemente el interés general español.
Nosotros tenemos una concepción de Europa mucho más ambiciosa que la que tiene el presidente del Gobierno. Nosotros siempre hemos defendido una Europa más política, más integrada, que vaya avanzando en su proceso de coordinación de las políticas comunes, y, sin embargo, el presidente del Gobierno mantiene una actitud de ir avanzando mucho más lentamente en el proceso de integración europea. Pero estoy convencida de que el proyecto sobre el futuro de la Unión Europea que presentara el presidente del Gobierno no se diferenciaría mucho del que hemos presentado nosotros. Critica el nuestro, simple y llanamente porque hemos tomado la iniciativa y hemos sido capaces de poner encima de la mesa un proyecto.
-. ¿Y en materia de seguridad y defensa, y en concreto sobre el escudo antimisiles?
-R. El Gobierno se ha apresurado a darle su aprobación al presidente Bush y yo creo que se ha precipitado. Ahora bien, nosotros no lo hemos rechazado. Nosotros hemos dicho vamos a estudiarlo en el concierto europeo, vamos a ver dónde se instalaría, de quién nos defendería, qué grado de eficacia tendría...No vamos a decir sí de entrada, vamos a hacer un análisis porque incluso entre los políticos norteamericanos -en el cmpo democráta-, los expertos, los técnicos, existen dudas sobre su viabilidad. Nosotros queremos ser serios y rigurosos, y antes de dar nuestra aprobación a un determinado proyecto de defensa, lo que queremos es que se abra un debate y se estudie con rigor y con seriedad en el ámbito de la Unión Europea, porque nuestra política de seguridad y defensa solamente tiene futuro si la definimos en el ámbito europeo.
-P. ¿El mundo occidental se está inventando un enemigo para seguir con la carrera armamentísica?
-R. Yo creo mucho más en la diplomacia, antes que abrir una carrera armamentística, que es lo más nos preocupa. El mundo vive el fin de la guerra fría, el fin del equilibrio del terror, y tenemos la gran oportunidad histórica de definir un nuevo modelo de relaciones internacionales y, por tanto, de seguridad internacional. En este sentido, creo mucho más en la diplomacia antes que en las armas, porque realmente es verdad que existen países que pueden crear un cierto riesgo, pero también tenemos qe preguntarnos si no sería más adecuado intentar llegar con ellos a un acuerdo mediante las relaciones diplomáticas y evitar una carrera armamentística.
Me parece que habría que estudiar y debatir mucho antes de tomar una decisión de tantísima envergadura como es la desplegar un escudo antimisiles, que al final va a crear de nuevo otra separación en el mundo.
-P. ¿Esto parece un asunto que se está viviendo sólo entre países ricos?
-R. Yo reconozco que hay países que pueden crear una sensació de inseguridad en el mundo. Eso es un peligro potencial y nosotros tenemos la obligación de poner algún tipo de prevención a ese peligro. Pero hay peligros reales actuales, como el hambre y las pandemias, y entre ellas el sida, que están provocando centenares de miles de muertes. Eso es un problema tan grave como cualquier posible crisis nuclear que se pueda desatar. El hambre y la pobreza en el mundo es un riesgo de verdad de inestabilidad. Y no es solamanete una cuestión de pura sensibilidad política y umana y un deber ético, que también, es una cuestión de estabilidad internacional. El mundo occidental no puede permitir que más de la mitad de la población viva en condiciones extremas de pobreza, cuando tenemos los instrumentos y los recursos suficientes para ponerle fin.
Hay muchas cuestiones que son riesgos reales, que a nosotros nos preocupan más, y vemos que no existe la misma preocupación por parte de las naciones más poderosas por atajar esos problemas y esos riesgos.
-P. ¿Nos tenemos queacostumbrar a ser el gendarme de Europa para que no entren las pateras?
-R. No va a haber puertas ni verjas ni muros ni gendarme que pueda contener la presión migratoria en España y en el resto de Europa. Por eso, nosotros hemos planteado el fenómeno migratorio en un sentido más amplio. Si la presión migratoria va a ser enorme en los próximos años, tenemos que intentar educar a nuestros países a prepararse para el encuentro. Si Europa va a necesitar en los próximos 30 años entre 50 y 70 millones de emgrantes, tanto para cubrir la demanda de mano de obra como para sostener el sistema de pensiones de los europeos, pongamos los medios para que lleguen a nuestro país en las mejores condiciones. Esto supone cooperar con los países de la emigración de origen para que la gente que llegue a Europa tenga una mínima formación y esté preparada.
En segundo lugar, tenemos que trabajar en el ámbito de la educación y de la cultura para que tanto los inmigrantes que llegan a nuestros países sepan integrarse en nustra sociedad como que nuestra sociedad sepa recibir al que es diferente. Si no nos educamos todos para el encuentro, esto va a provocar graves problemas de integración y de convivencia.
-P. ¿Y con Marruecos?
-R. La Unión Europea nos pide a nosotros que controlemos el flujo migratorio que viene desde Marruecos. Es lógico, porque aquí somos frontera, pero la Unión Europea tiene también que adoptar un mayor compromiso con el desarrollo de Marruecos, porque esa es la mejor manera de evitar que haya na presión migratoria excesiva que no podamos controlar.
(SERVIMEDIA)
24 Jun 2001
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