"Yo deseo ser diputado en la próxima legislatura. Me gustaría que el partido mantuviera o incrementara su mayoría, y o estaría a disposición del partido para aquella responsabilidad que quisieran encomendarme", precisó.

No ocultó, sin embargo, que le "gusta más el Parlamento que el Ejecutivo" y expresó en especial su disposición a trabajar para sacar adelante el nuevo Reglamento del Congreso en la próxima legislatura, a la vista de la práctica imposibilidad de conseguirlo en este último periodo de sesiones.

Pese al reconocimiento de la práctica imposibilidad de sacar adelante ese proyecto legislativo, insistió n que él no debe ser "el que certifique la defunción de la reforma del Reglamento, debo ser el último en abandonar ese barco".

En dicha reforma, explicó, "se ha trabajado mucho" y se ha elaborado un proyecto sobre el que las diferencias entre partidos "son escasísimas, si es que existen". De hecho, la única diferencia que ha hecho imposible el debate en pleno del nuevo Reglamento ha sido "la actitud cambiante de los dos grandes grupos".

A su juicio, tanto PP como PSOE han mantenido posiciones errticas sujetas a sus estratégias de partido. El escollo fundamental, señaló, fue el acuerdo sobre la entrada en vigor de la nueva norma. Mientras el PSOE quería su entrada en vigor inmediata, el PP no quería que "cambiaran las reglas" del juego parlamentario a mitad de la legislatura.

Pese a su defensa del proyecto, Trillo reconoció la práctica imposibilidad de que el nuevo Reglamento del Congreso se apruebe en lo que queda de legislatura y se declaró deseoso de trabajar en la siguiente por sacarlo adeante.