El Supremo confirma así la sentencia dictada en su día por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, que la condenó a un total de 40 años de prisión por dos delitos de asesinato, con el agravante de parentesco.

Según el relato de hechos probados, Francisca G.N. asesinó a sus dos hijos menores el 18 de enero de 2002, tras discutir por celos con su marido, quien se encontraba viajando en su camión hacia Inglaterra.

Los hechos probados señalan que "el consumo de droga, alcohol y los celos no le afectaron en su conducta" a Francisca G.N., de quien se dice que "amaba a su marido, pero estaba celosa del mismo desde que se enteró de sus infidelidades".

Los magistrados del Tribunal Supremo se hacen eco del informe pericial psiquiátrico, según el cual, Francisca G.N. "no está afecta de ninguna enfermedad o trastorno psiquiátrico que la haga irresponsable de sus actos".

Según dicho informe, "en el momento del crimen tenía lucidez de juicio y conciencia suficiente para conocer la gravedad de sus actos".

El informe, que descarta que el consumo de alcohol y cocaína fuese la causa del crimen, señala que "se trata de una persona de complicado psiquismo pero totalmente resposnable de sus actos".

"INADECUADAS EXPRESIONES"

Por otra parte, los magistrados del Supremo han decidido, "a los efectos oportunos", poner en conocimiento del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) las "inadecuadas y totalmente rechazables expresiones" contenidas en el escrito del recurso presentado por el abogado de la parricida, José Mariano Trillo-Figueroa, hermano del ex ministro de Defensa Federico Trillo.

Para los magistrados, el escrito del letrado no se adapta "a lo que supone y debe suponer el normal lenguaje forense que obliga a ser utilizado por cualquier profesional del Derecho".

En su escrito, el letrado señala que el abogado de oficio que tuvo su cliente "no sabía Derecho Penal" y "no estuvo a la altura mínima que le exigía la situación".

En cuanto al informe psiquiátrico y según resalta el Supremo, el letrado señaló en su escrito que "no sería exagerado calificar al informe más propio de ejecutores o verdugos que de profesionales de la psiquiatría".

El escrito del letrado hacía también referencia al jurado que se hizo cargo del caso. Así, dice: "estas personas del jurado, cuyo nivel de alfabetización no parece que se encuentre ni siquiera en la media de la persona normal, a juzgar por sus firmas".