Este litigio se remonta al pasado 18 de abril de 2007, cuando en la Junta de la compañía gala se canceló el derecho de voto de 89 accionistas españoles, acusados de actuar de manera concertada.

El máximo perjudicado de esta decisión fue Sacyr Vallehermoso, que tenía el 33,23% de Eiffage, y que vio frustrado su deseo de entrar en el Consejo de Administración de la francesa.

Este hecho dio lugar a un cruce de denuncias en los tribunales franceses e investigaciones por parte del supervisor del mercado francés AMF, que terminó con la salida de Sacyr de Eiffage, sin plusvalía alguna.

Rayet, compañía presidida por Félix Abánades, se desmarca de la estrategia de Sacyr, aunque ha reconocido su intención de salir del capital de Eiffage, según sus necesidades de financiación y conforme lo permitan las condiciones del mercado.