La legislación de la nueva Alemania unida y la falta de presupuesto no permitían que los oseznos permaneciesen en el foso delcastillo, por lo que la Administración alemana ordenó el traslado de los animales a un lugar adecuado o su sacrificio en un plazo de dos meses.

Gracias a un mensaje lanzado desde la televisión alemana, el Fondo Patrimonio Natural Europeo inició las gestiones para salvarlos de la muerte y consiguió repartir a los seis ejemplares nacidos en dos centros faunísticos europeos: el de Vallcalent y el de Mautern, en Steiermark (Austria).

El centro leridano organiza programas de educación ambiental, recupra aves y mamíferos heridos (más de 650 animales en 1991) y realiza programas de cría en cautividad de especies amenazadas.

Los tres oseznos, Mimo, Dami y Jago, que llegarán mañana a Vallcalent, tendrán por compañeros a otros dos osos adultos que eran utilizados en un circo ambulante.