Según las mismas fuentes, los dos hombres, al parecer en estado ebrio, introdujeron a las niñas en un coche y las encapucharon amenazándolas con una navaja, pero las pequeñas lograron escapar cuando uno de los secuestradores cayó al suelo a causa de la borrachera que tenía.

Las niñas, de entre 8 y 12 años y cuya idntidad no ha sido desvelada, fueron interceptadas por los raptores, alrededor de las cinco de la tarde del viernes, cuando iban a entrar en la casa de una de ellas, en la calle Molinos de la capital granadina.

Uno de los delincuentes amenazó a las pequeñas con una navaja y, tras ser encapuchadas, fueron introducidas en un vehículo blanco, en el que los secuestradores las llevaron hasta un descampado cercano a la localidad de Otura.

Según declararon las tres niñas a la policía, hubo un momento en l que uno de los secuestradores dejó solo a su compañero, quien les amenazaba con una navaja.

Sin embargo, dado su estado de embriaguez, cayó al suelo y las niñas aprovecharon para huir corriendo campo através en dirección hacia unas luces cercanas, que resultaron ser las del pueblo de Otura. Una vecina acogió a las tres pequeñas y llamó a sus padres, quienes ya habían alertado a la policía, dado que ya habían pasado más de dos horas desde que desaparecieron las jóvenes.

La investigación se centr ahora en la localización de los dos individuos, según la descripción de las niñas, quienes aseguraron a los agentes que "tenían un muy mal aspecto, parecían borrachos o drogados y dentro del coche olía como a vómitos".

Según su relato, ninguno de los dos individuos llegó a hacer ningún daño a las jóvenes, aunque mantuvieron conversaciones entre ellos en las que manifestaban la intención de violarlas.