Este análisis ha sido realizado mediante el estudio de 14.114 llamadas de menores que pidieron ayuda por maltrato desde el año 1994 hasta la actualidad. Se estima que 17 de cada 10.000 niños que utilizan esta línea sufren algún tipo de maltrato, según la directora del Teléfono del Menor, Ana Belén Hernández.

Entre las tipologías de maltrato infantil, el maltrato físico (58,86%) y el abuso sexual (30,32%) son los principales motivos por los que los menores llaman a esta línea, mientras que el maltrato psicológico y el abandono de las obligaciones parentales se sitúan en la tercera y cuarta posición, con un 7,69% y un 3,11%, respectivamente.

En el caso de los mayores que utilizan la línea de atención de adultos de ANAR, dedicada a guiar a estos en los momentos en que se enfrentan a cualquier tipo de maltrato de menores, el 36,24% de ellos lo hace en relación al maltrato físico, el 28,57% por abuso sexual, el 28,57% por cuestiones de abandono y el 10,91% restantes por el maltrato psicológico.

De todos los menores que utilizaron esta línea para solicitar ayuda, el 64,3% eran chicas y el 35,7% chicos. El 40,9% de todos aquellos que afirmaron ser maltratados eran adolescentes de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años.

Las chicas solicitaron mayor orientación sobre el maltrato físico y abuso sexual, con 3.600 y 2.900 llamadas, respectivamente, mientras que los chicos realizaron 2.000 llamadas en torno al maltrato físico y 800 por abuso sexual.

AGRESORES

Cuando se trata de maltrato físico, el padre, con un porcentaje del 35,5%, es el agresor principal, seguido de la madre, con 26 puntos porcentuales, mientras que en el maltrato psicológico los porcentajes son muy similares.

En referencia al abuso sexual, el campo de agresores es más amplio, siendo el padre la principal figura agresora (24,6%), seguido de personas del entorno social (17,5%), tíos (11,4%), personas del entorno escolar (7,5%), padrastros (5,9%) y parejas de los menores (2,5%).

RECOMENDACIONES

El profesor de Psicobiología y miembro de ANAR, Benjamín Ballesteros, apuntó una serie de recomendaciones para prevenircualquier tipo de maltrato, entre las que destacó la mayor coordinación entre las autoridades policiales, sanitarias, medios sociales y judiciales.

De este modo, exigió al sistema sanitario que genere evaluación, diagnóstico y tratamiento de cada menor por un psicólogo especializado en todos los casos de violencia, así como potenciar los servicios de mediación, orientación y terapia familiar.

Destacó la necesidad de tener "tolerancia cero" con la violencia en la escuela y gran rigor profesional en las informaciones que den los medios de comunicación sobre este tema.