Los hechos se produjeron cuando Alejando Cazurro, propietario de la bodega, se encontraba en el interior con su amigo Arsenio Zazo y su hijo, Fernando, para invitarles a probar unas botellas de vino.

A pesar que uno de ellos percibió el olor a gas, se dispusieron a encender con un mechero la lámpara alimentada con una bombona de butano, momento en que ésta explosionó.

Según testimonios de vcinos de Pollos, tras la explosión, los tres heridos lograron salir a la calle envueltos en llamas a pedir socorro. Algunos testigos señalaron que no los reconocieron en un principio a causa de las quemaduras.

Alejandro Cazurro, el más grave de los tres se encuentra ingresado en el Hospital de Quemados de Getafe (Madrid), donde será intervenido, mientras que Arsenio Zazo y su hijo Fernando están ingresados en el Hospital Gregorio Marañón, también de Madrid.