Entre quienes han pasado por una prisión en cuatro ocasiones o más, e 74 por ciento son drogodependientes, y los que llevan más de 10 ingresos son toxicómanos en un 84 por ciento. Esto contrasta con la cifra de primeros ingresos, de los cuales sólo el 35 por ciento son adictos a la droga.

"Esto nos lleva a concluir que el tratamiento de la drogodependencia es esencial si se quiere evitar no sólo la comisión del delito, sino la reincidencia en él", afirman los autores del estudio.

La condición de drogodependiente es una variable que también aumenta en gran medida l aplicación del aparato disciplinario de la cárcel. El 81% de los encuestados que se declaran drogodependientes han sido sancionados, mientras que entre los no toxicómanos sólo lo han sido un 56%.

El sondeo confirma además los efectos negativos de la droga en la salud. Mientras el 57 por ciento de los drogodependientes dicen padecer alguna enfermedad seria, entre los no drogodependientes estos padecimientos se dan en un 30%.