DisKamp organizó la primera edición de su campamento de verano en El Escorial, al que han acudido treinta niños y adolescentes de hasta 18 años, pero sobre todo chicos de entre 8 y 14 años de edad. Las discapacidades que tenían los niños eran diversas, como síndrome de Down, síndrome de Rubinstein-Taybi, enfermedades raras y discapacidades intelectuales, según el cofundador de este campamento, Diego Aparicio.

Han pasado tres años desde que se fundó DisKamp hasta que consiguieron organizar su primer campamento de verano en El Escorial en la primera semana de julio.

Diego Aparicio señaló que “solo hubo un pequeño percance y fue que una monitora se hizo un esguince. Acudieron 30 chicos y 21 voluntarios y se organizaron los grupos por las capacidades y necesidades de cada niño, según mejor encajaban, porque la idea era formar familia y pasarlo bien”.

Las actividades fueron muy diversas, como juegos, piscina, talleres o meriendas. Estaba organizado en días temáticos, como el día de la naturaleza, el de indios y vaqueros, el día del circo, el de las profesiones y del deporte.

BENEFICIOS A LARGO PLAZO

En cuanto a beneficios que puedan tener los niños con discapacidad a largo plazo por ir a este campamento, el cofundador de esta empresa afirmó que “cualquier persona necesita diversión. Este colectivo no tiene muchos planes de ocio, pueden mejorar el desarrollo de su autonomía porque en el campamento espabilan, sociabilizan y a las familias le aporta tranquilidad”. “La oferta de ocio es muy limitada para niños con discapacidad”, según Aparicio, y “a nivel público falta mucho que hacer para estos chicos, porque suele haber pocas plazas para ellos”.

De cara al próximo curso los fundadores de DisKamp quieren ir creciendo con nuevos talleres y grupos, ver qué nuevas necesidades tienen, hacer actividades deportivas y quizás en un futuro tengan una sede física donde seguir aumentando su familia.