Tras expresar su deseo de que las armas callen definitivamente, monseñor Setién dijo a la Ser que "vivimos un momento histórico, basado en na fundada esperanza", que hace necesario un esfuerzo de toda la sociedad "para que esta esperanza se convierta en realidad y no termine en una nueva decepción o una frustración".

A su juicio, nos encontramos ante una nueva situación que abre el camino a una paz definitiva. "Parece que evidentemente algo se mueve, y el hecho de que también ETA se haya incorporado de alguna manera a todo este movimiento me hace pensar que hay razones fundadas, que evidentemente exigen toda la cautela necesaria", indicó

Setién indicó que aunque la Iglesia no ha tenido una participación directa en el proceso que ha culminado en la tregua de ETA, sí "hemos tratado de crear un clima en el cual se insistiera en la necesidad de buscar una salida más racional, que no solamente fueran las medidas policiales, sino que hubiera también aproximaciones, acercamientos que posibilitaran llegar a una solución, en la medida de lo posible, dialogada y compartida".