Después de tres horas de reunión en La Moncloa y, al igual que hizo pocos minutos antes el presidente de la Generalitat de Cataluña, Josep Piqué manifestó la postura del Gobierno sin admitir pregunta alguna.

Tras destacar esta "clara coincidencia", reiteró también el acuerdo en la necesidad de "seguir avanzando y explorando en todas las posibilidades que pudieran abrirse para conseguir definitivamente que esta situación que, de momento es una tregua, pueda transformarse efectivament en el inicio de un proceso de paz".

Así, se transformaría "definitivamente en una manifestación y una voluntad real de abandono del uso de las armas como pretendida arma política y, por lo tanto, que se pueda concretar al final de todo el proceso, en la entrega de las armas y en la autodisolución de la banda", explicó Piqué.

Según el portavoz del Gobierno, Aznar y Pujol coincidieron también en la necesidad de avanzar en el acuerdo entre todos los partidos democráticos, "sin distinciones", y "sinningún tipo de búsqueda de protagonismos por parte de nadie".

Concluyó que "estamos ante un proceso que es de todos y que, por lo tanto, responde a esa voluntad de conseguir un futuro común que, como manifestó el presidente del Gobierno en su declaración de Lima, es patrimonio de todos".