En declaraciones a Servimedia, el consejero de Trabajo y Formación del Gobierno Balear, Eberhard Grosske, manifestó que, con la privatización de esta compañía, "determinadas líneas de comunicación pueden caer en un régimen de monopoli", lo que supondría la desaparición de la competencia en "líneas estratégicas de comunicación" de las islas y entre éstas y la península.

Grosske aseguró que esta situación le preocupa al Ejecutivo autonómico, sobre todo porque puede perjudicar a los usuarios, en el sentido de que "puede desaparecer la competencia de los precios, de los servicios y de las frecuencias".

El consejero recriminó al Gobierno central la falta de servicio público en las comunicaciones aéreas y marítimas en las Islas Balares y agregó que "estamos abandonados a regímenes de monopolio de incluso de oligopolio, como sucede con las compañías aéreas".

"Hay momentos del año", añadió el consejero balear, "donde nos vemos perjudicados y donde resulta muy difícil la comunicación con la península o la comunicación interinsular".

A su juicio, la solución al problema de las Baleares es lograr una equiparación con el modelo canario, donde existen mayores frecuencias aéreas y marítimas, tanto con la península como entre las popias islas.