El día de los hechos S.P. circulaba junto a su esposa, E.G.R., de 22 años, en una motocicleta de gran cilindrada. Tras un cruce donde un ciclomotor que se incorporaba a la vía no hizo el obligado stop, la motocicleta colisionó con éste, sufriedo el demandante secuelas, entre ellas, la impotencia, que tardaron en sanar 800 días.

Las heridas sufridas por su esposa han supuesto la pérdida de cualidades olfativas y gustativas, además de un síndrome ansioso-depresivo calificado por los peritos que comparecieron en la vista oral.

El joven S.P.S. también sufre limitaciones en el gusto y el olfato, además de cefaleas y vértigos. Por todas las secuelas de ambos miembros de la pareja, su abogado solicita una indemnización de 150 millones de pestas, más una cantidad similar por la impotencia sexual del marido.

Frente a estas exigencias de la acusación particular, y en clara desproporción con respecto a las mismas, el ministerio fiscal solicita para S.P. la cantidad de 16 millones de pesetas.

Juristas presentes en la sala dijeron a Servimedia que "como punto de referencia podría servir la Orden Ministerial del 21 de marzo del 91 que recoge las normas aconsejables para alcanzar arreglos amistosos en caso de siniestro".

En dicho documnto se cifra en 40 millones de pesetas la indemnización destinada a las víctimas de accidentes que hayan quedado tetraplégicas.

El protagonista de la petición millonaria es obrero agrícola y tiene 2 hijos de corta edad.