Antes de la moatoria a la comercialización de nuevos productos transgénicos que hoy levantará previsiblemente el Parlamento Europeo, la UE sólo había autorizado la comercialización de achicoria transgénica, tolerante al glifosato amónico; maíz, resistente al taladro y al glifosato amónico, y soja, tolerante al glifosato.

El maíz y la soja manipulados genéticamente son productos comercializados en España, aunque poco consumidos de forma directa. No obstante, son muy frecuentes sus derivados en forma de aceite, grasavegetal, lecitinas, harinas, emulsionantes, espesantes, proteínas, almidón, dextrosa, jarabe de glucosa, etcétera, por lo que es muy difícil establecer cuáles contienen OMG.

En cuanto a la mención en el etiquetado de que el producto contiene un transgénico, la normativa europea actual deja en la práctica fuera de la obligatoriedad del etiquetado aproximadamente al 90 por ciento de los alimentos comerciales que contienen OMG.

No se informa en el etiquetado si las concentraciones de transgénicos so inferiores al 1% o aparecen de forma accidental. Tampoco es obligatorio el etiquetado específico si se utilizan componentes provenientes de OMG, como lecitinas o aceites y grasas vegetales.

Asimismo, quedan excluidos de informar al consumidor que se trata de transgénicos los componentes de alimentos clasificados en la industria alimentaria como aditivos, saborizantes y disolventes.