En un escrito de reflexión sobre los transgénicos, De la Heras recuerda que España es el mayor productor de la Unión Europea de maíz modficado genéticamente, lo que se contradice con la actuación de países como Francia y el Reino Unido, que han paralizado su producción, o Austria y Luxemburgo, que han optado por prohibirlos.

El máximo responsable de COAG se pregunta cuáles son los efectos tóxicos de las variedades de maíz transgénico que recientemente se ha permitido cultivar en España y asegura que, en contra de lo que se dice, su producción no es tan rentable para los agricultores como pueda parecer.

Recuerda que casi el 60 porciento de la población está en contra de consumir este tipo de productos y se extraña de que las autoridades españolas permitan cultivar cada vez más tipos de transgénicos.

Por ello, De la Heras pide que se retrase la liberalización de la producción de este tipo de productos genéticamente modificados hasta que se conozcan bien sus efectos, máxime cuando se destinan a la alimentación.

Finalmente, COAG solicita un sistema de identificación de este tipo de productos -ya sean importados o de produccin propia-, para su seguimiento y vigilancia en la cadena alimentaria.