En declaraciones ala Ser, el secretario de Organización del PP, Pío García-Escudero; el secretario de Política Municipal del PSOE, Alfonso Perales, y el portavoz parlamentario de IU, Felipe Alcaraz, se refirieron a diferentes medidas para luchar contra el transfuguismo.

El dirigente popular indicó que aunque "es cierto que el cargo corresponde a la persona, también hay un compromiso para con su partido y sus votantes", y si esa persona "no está de acuerdo con lo que ocurre (dentro de su formación política), lo que debehacer, conforme a la decencia y la lógica, es abandonar su escaño".

García-Escudero destacó la importancia de que los partidos políticos firmaran un acuerdo en el que se comprometían a no negociar con tránsfugas y explicó que "el hecho de que el escaño pertenezca a la persona tiene sus inconvenientes. Hay mucha gente que pide que se abran más las listas. En este caso, la solución podría ir por cerrarlas todavía más, pero eso tendría críticas muy fuertes".

REFORMA DE LA LEY ELECTORAL

Por su part, el dirigente socialista apuntó como posible solución una reforma de la Ley Electoral. "En el acuerdo que firmamos había dos posibilidades: el Tribunal Constitucional ha dicho que el escaño es de la persona cuando ha sido expulsada -eso no tiene duda-, pero la posibilidad radica cuando el electo abandone voluntariamente el partido. Hay que ver qué se puede hacer ahí".

En este sentido, Perales agregó que "hay que evitar que los tránsfugas, durante un año, puedan participar en una moción de censura, poque todos los tránsfugas impiden un gobierno".

Además, insistió en que "todos los partidos estudiemos una modificación legal -es probable que haya un margen- para evitar que cuando una persona abandone su partido, el tribunal cambie su postura, porque si Susana Bermúdez tuviera que estar un año aguantando sin estar en el poder, es probable que no hubiera votado la moción".

El portavoz de IU en el Congreso aseguró que el fenómeno del transfuguismo suele ser producto de "un pelotazo político o econmico", y señaló, como primer paso para combatir este problema, "no utilizarlo nunca por conveniencia, por alcanzar un gobierno o un acuerdo, y segundo, cambiar la ley: que durante un año, o más, no pueda votar una moción".

A su juicio, para combatir este fenómeno habría que comenzar por "un cambio del Reglamento en el Congreso de los Diputados", no sin antes "tratar de solucionarlo siempre con voluntad de no utilizar a los partidos y de superar esta nueva especie del pelotazo político".

EXPERTOS

Ante estas propuestas de las diferentes formaciones políticas, el catedrático de Derecho Constitucional Marc Carrillo les advirtió que "la propuesta de modificar elementos en la idea de prohibir que pueda votar una moción de censura, puede ser contrario al ejercicio de la representación política, porque lo limita".

En su opinión, "el fin puede justificar los medios, pero las normas se hacen para todos. Si bien el caso de Ceuta pone de manifiesto una corrupción, también es cierto que la Constitución oliga a que los partidos tengan un funcionamiento democrático. No se puede decir alegremente que, en cualquier caso, éticamente el representante debe devolver el escaño".

A estas medidas también se refirió el rector de la Universidad Carlos III y ex presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces Barba, quien dijo que, "desgraciadamente, no se puede impedir a los tránsfugas ningún tipo de acción cuando siguen siendo parlamentarios. Lo único es una regeneración moral, que pasa también por que ls grandes partidos no den malos ejemplos".

"La única solución", explicó Peces Barba, "es que los partidos actúen como deben, y creo que en estas últimas elecciones tanto PP como PSOE han conseguido cosas a través de tránsfugas. No se puede olvidar tampoco que, de los parlamentarios del GIL, ocho o nueve son ex del PP o del PSOE. No nos rasguemos las vestiduras, el GIL lo que hace es la exacerbación de comportamientos que han hecho los grandes partidos".