Esta estimación ha sido realizada por un grupo de trabajo del Instituto de Estdios Fiscales (IEF), de la Secretaría de Estado de Hacienda, en un informe titulado "Aspectos psicosociales de la tributación: los costes del cumplimiento en el IRPF", al que tuvo acceso Servimedia.

El IEF cifra el coste directo del cumplimiento fiscal en 23.442 millones de pesetas, de los que 20.604 millones corresponderían al pago a asesores fiscales y gestorías, y 2.838 millones a la realización de trámites necesarios para presentar la declaración.

El resto, 63.791 millones de pesetas, es la etimación de los expertos del IEF sobre el coste del tiempo perdido en presentar la declaración, calculando un precio de 1.018 pesetas por cada hora dedicada a ese fin.

Cada contribuyente se gastó una media de 317 pesetas en los trámites de compra de los impresos, consultas telefónicas y desplazamientos para buscar asesoramiento y entregar la declaración. El tiempo medio dedicado por cada contribuyente a realizar la declaración es de 6,8 horas.

Además, los que recurrieron a los amigos les compensaon con regalos o donativos de 6.378 pesetas de media y quienes visitaron a un asesor fiscal pagaron 5.527 por las declaraciones simplificadas y 11.481 en las ordinarias.

Respecto a otros países en los que se han realizado investigaciones similares, a los contribuyentes españoles les cuesta más hacer la declaración que a los de Canadá, más o menos lo mismo que a los del Reino Unido y menos que a los de Estados Unidos, Irlanda y Australia.

La encuesta realizada por el Instituto de Estudios Fiscalespone de manifiesto que el 68,2 por ciento de los contribuyentes necesitó ayuda para cumplimentar la declaración del IRPF, en la mayoría de los casos por la dificultad para comprender los impresos.

De los que precisaron ayuda, un 32,1 por cien recurrieron a asesores fiscales o gestorías, mientras que un 36,1 por cien encontraron el apoyo desinteresado de amigos, familiares, entidades financieras o los servicios de Hacienda.

Los que requieren más ayuda son, atendiendo al estado civil, los viudos, sparados o divorciados; por edades, los mayores de 55 y los menores de 24; por sexos, las mujeres; y por ocupación, los empresarios.

COSTE PSICOLOGICO

La encuesta incluye también la opinión de los contribuyentes sobre el coste psicológico de la declaración, con el resultado de que un 50,6 por cien entiende que es un deber ciudadano y un 33,8 por cien señala que lo hace porque la Administración le obliga.

Los aspectos que más desagradan de la declaración son la cantidad a ingresar en el Tesoro Púlico (31 por ciento), la preocupación por el uso que Hacienda hará del dinero (27,8 por cien) y la complejidad de la tarea (8,3 por cien).

Los estados de ánimo más frecuentes con posterioridad a la entrega de la declaración son de alivio (un 43,2 por cien), indiferencia (un 34,7 por cien) y molestia por la tensión sufrida (7,8 por cien).

Un 50 por ciento de los encuestados se pronuncia a favor de la autoliquidación como sistema para declarar el IRPF y un 35,9 por cien de los contribuyentes con deecho a devolución cree que Hacienda les debería pagar intereses por lo retenido de más.