Esas cifras, a falta de conocer el balance de los dos últimos meses del 95, reflejan el primer incremento de los accidentes mortales desde 1989, ejercicio en el que totalizaron 1.981.

Las 1.157 muertes contabilizadas entre enero y octubre del año comprenden tanto las registradas en los centros de trabajo, 863, como las ocurridas "in itinere", otras 294, que son las que se producen al ir o volver de trabajar, generalmente en accidentes de tráfico. Estas últimas tienen la cnsideración de accidentes laborales a efectos de cobrar las pensiones e indemnizaciones correspondientes.

El balance de la siniestralidad laboral del año pasado es todavía peor si se consideran el conjunto de accidentes que dieron lugar a baja médica, fuesen leves, graves o mortales. Se elevaron a 493.894, lo que supone un incremento del 11,2 por cien en relación al año anterior.

Estos accidentes con baja médica aumentaron en todos los sectores de actividad, y se repartieron de la siguiente maner: 32.277 en la agricultura, 180.149 en la industria, 98.893 en la construcción y 182.575 en los servicios.

Por comunidades, destaca la accidentalidad de Cataluña, explicable por la mayor población laboral y la superior concentración industrial, que registró 102.805 accidentes con baja. En las empresas de Andalucía hubo 69.843; en la Comunidad Valenciana, 61.229; y en Madrid, 52.043.

El resto se repartieron así: Aragón (14.405), Asturias (19.354), Baleares (13.575), Canarias (19.221), Cantabria (5584), Castilla La Mancha (18.248), Castilla y León (25.081), Extremadura (7.912), Galicia (24.762), Murcia (17.142), Navarra (8.565), País Vasco (30.194), La Rioja (3.177), y Ceuta y Melilla (754). Sólo en dos autonomías se produjo un descenso de la accidentalidad, Madrid y Cantabria.