Las manifestaciones comenzarán mañana martes y se repetirán ls días 11, 18 y 25 de junio. La decisión de empreder movilizaciones viene precedida del envio de una carta por parte de los trabajadores al ministro de Fomento, Josep Piqué, en la que le solicitan una entrevista para evitar "la destrucción masiva de puestos de trabajo y el sacrificio de una excelente empresa pública".

Fuentes sindicales indicaron a esta agencia que se está realizando una "regulación de empleo encubierta" que supone el despido de 134 trabajadores de los 297 empleados de tierra, entre jnio de 1995 y el mismo mes de 1996, de los que ya han rescindido contrato 94.

Según los interlocutores consultados, los términos en que se están produciendo los despidos, de manera individual y sin que medie una negociación colectiva, podría suponer una violación de la legalidad vigente sobre despidos colectivos que requieren de autorización judicial, previa presentación de un expediente de regulación de empleo.

Los despidos están afectando al personal de tierra fijo de la empresa al que la direción ofrece una indemnización de 45 días por año trabajado. Fuentes del comité de empresa denunciaron a esta agencia que algunos trabajadores están recibiendo presiones para que acepten las condiciones que les impone la dirección.

Los representantes de los trabajadores creen que la desmantelación de la plantilla de tierra de Viva Air, es un síntoma del "camino de destrucción" que ha empredido la compañía de vuelos charter.

Viva Air es la única empresa del Grupo Iberia que arrojó beneficios en el jercicio 1994 desempeñando su actividad dentro del mercado de lineas regulares. Sin embargo, a partir de 1995, Iberia fue absorbiendo las 30.000 horas de vuelos regulares de la compañía, que se especializó en vuelos charter.

La absorción de las lineas regulares por parte de Iberia culminó el pasado mes de abril y sirvió para engrosar los niveles de productividad de la compañía de bandera a costa de la eliminación de servicios en la filial.

A causa de esta modificación, Viva Air arrojó pédidas de 00 millones de pesetas en 1995 y al cierre de la UPA del primer trimestre del año los resultados negativos de la compañía aérea podrían alcanzar los 300 millones.

El cambio de actividad de la empresa exigía un ajuste de la plantilla de tierra que fue asumido por los trabajadores, cuya representación firmó un preacuerdo con al empresa el pasado otoño en el que contemplaba la elaboración de un Plan de Viabilidad en el que se incluían un plan de bajas incentivadasy la presentación formal de un expediene de regulación de empleo.

La presentación del expediente, supone que los trabajadores de tierra de la filial pasarían a depender de Iberia automáticamente y que aquellos que desearan una baja incentivada recibirían como mínimo una indemnización equiparable a la pactada en la casa matriz que era como mínimo de siete millones de pesetas.

Estos criterios no se aplicaron por parte de la empresa que sí respeto acuerdos similares alcanzados con los trabajadores de Cargosur, otra filial de Ibería ya liuidada.

Los sindicatos indican además que la reducción de puestos de trabajo que está planteada ahora "no garantiza el futuro de la empresa", que "ha sido rentable", hasta la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados entre Iberia y el sindicato de pilotos, Sepla.