Dentro de esta campaña, en la que celebrarán reuniones con las organizaciones que tienen alguna relación con la vida de las prisiones, ELA prisines mantendrá el próximo viernes una reunión con Senideak, asociación de familiares de presos y deportados de ETA, en la que les explicarán sus intenciones con la citada campaña.

Tras el asesinato el pasado mes de enero de un funcionaro de la cárcel de Martutene de San Sebastián, José Ramón Domínguez; las conversaciones de los abogados de presos de ETA y el malestar de los trabajadores de las prisiones de Euskadi, ELA quiso dar a conocer las acciones que recientemente pondrá en práctica.

El secreario general de la Federación de Servicios Públicos de ELA, José María Larra, afirmó que "las instituciones penitenciarias son un servicio público tan digno y necesario como cualquier otro".

Asimismo, explicó que las tareas y trabajos realizados por ellos, en la mayoría, "están relacionadas con las necesidades vitales de los penados y no tienen nada que ver con la imagen manipulada que puedan transmitir algunos interesados ni tampoco los géneros literarios".

Destacaron, por su parte, que serán "grantes en el respeto a los derechos del interno" y que son ellos "los primeros interesados en que no se den anomalías de ningún tipo en la vida interna de la prisión".

Aparte de las acciones ya mencionadas, dentro de su campaña, en la que se intentará dar a conocer, de cara al exterior, la función y el funcionamiento de Instituciones Penitenciarias y se reivindicará la transferencia de las prisiones vascas, se va a hacer "un seguimiento exahustivo de todo tipo de declaraciones lesivas para los trabajaores de prisiones".

Según ellos, "estas declaraciones pueden ir creando una imagen negativa del trabajador de prisiones y, más tarde, servir de coartada para algunos", en referencia a los artículos publicados en Egin sobre los funcionarios de prisiones y ETA.

La iniciativa de lavar la imagen de estos funcionarios viene, en parte, por el temor a un nuevo atentado como el acaecido en enero contra un educador de la prisión de Martutene.

A pesar de que este extremo no fue reconocido por ninguno e los miembros presentes en la rueda de prensa, sí que admitieron que dentro del colectivo existía "una cierta preocupación".