En esta concentración, los trabajadores exigirán al Gobierno japonés que interceda ante la dirección de la compañía para evitar el cierre, que afectaría a 500 empleados de forma directa y a 1.200 indirectamente.

Para el comité de empresa de Nissan, "no hay razones laborales, técnicas ni industriales que justifiquen el desmantelamiento y posterior cierre de la planta".