Los manifestantes, trabajadores del Gregorio Marañón, consideraron "inaceptable, preocupante y urgente, la pérdida de los edificios de maternidad, para instalar en ellos la Asamblea y la Consejería de Economía".

Asimismo, consideraron el proyecto de Pedro Sabando, conseero de Salud -consistente en reformar el Gregorio Marañón para convertirlo en uno de los mejores centros sanitario de toda Europa y construir en parte de los terrenos de Obstetricia y Ginecología el Parlamento autónomo- una reconversión sanitaria descarada".

Una de las consecuencias de la materialización del citado proyecto, que cuenta con el visto bueno de la Mesa de la Cámara, sería, a juicio de los manifestantes, la pérdida de puestos de trabajo, debido al alto porcentaje de eventuales que trabajanen este hospital, casi un 40%.