Algunos trabajadores, que prefieren mantener el anonimato, señalaron a las puertas de la sede de la compañía, en la calle José Abascal de Madrid, que "nos enteramos ayer por la prensa de este caos".

"En tres o cuatro días esto se tiene que solventar, porque decir que esta empresa es estafadora es mentira", dijo una de estas personas.

Los trabajadores reclaman unión con los clientes, porque "no nos merecemos que nos llamen estafadores; todos estamos preocupados y no entendemos nada".

Estos empleados aseguraron que habían salido a la calle "para dar un voto de confianza, para que los clientes puedan calmarse, porque esto es una empresa sólida y para nada está en quiebra, y viene cumpliendo hasta el día de ayer todos sus compromisos y todos sus pagos con todos sus clientes".

"Todos los datos de nuestros clientes los puede confirmar Hacienda, se puede corroborar que también esta empresa paga a sus empleados y a sus clientes", dijo otro de los empleados.