Según informó hoy Federación Agroalimentaria de CCOO, discutirán posibles soluciones al cierre de la histórica planta de Maón y el posterior traslado de la producción a Bélgica, medida anunciada por Kraft Foods en diciembre pasado.

El sindicato defendió que el cierre no tiene justificación alguna y que la planta sigue siendo rentable. Así lo demuestran los beneficios de Kraft Foods que, durante los once primeros meses de 2008, logró unas ganancias netas superiores en un 36% a las obtenidas en 2007.

El fin de la fábrica fundada hace 80 años supondría la desaparición de 173 puestos de trabajo directos y amenazaría a más de 300 indirectos entre explotaciones ganaderas, transportistas, mecánicos y payeses.

Una catástrofe económica para la zona puesto que las pérdidas se estiman en 12 millones de euros, el 8% del PIB de la isla de Menorca.