Los representantes sindicales pidieron a las instituciones que apoyen la continuidad del astllero para dar confianza a los armadores y llevar adelante los contratos. Asimismo, se mostraron escépticos ante la decisión del Gobierno Central de cerrar la empresa.

Los trabajadores amenazaron con recrudecer las movilizaciones si no se vislumbra una solución en un futuro cercano. Los 355 operarios cobraron en marzo su último salario, después de que el 31 de marzo finalizase el plazo dado por el Ministerio de Industria y Energía para que el astillero vizcaino pusiera en marcha alguno de los contrato, lo que no se ha producido.

Los sindicatos reclaman una prórroga de ese plazo para que los trabajadores sigan cobrando y el respaldo del Gobierno vasco para poder iniciar la construcción de los buques contratados.