Los empleados de Aldaya tomaron dicha decisión ante la "inquietud y consternación" que sufren por "los gravísimos actos de violencia a los que nos vemos sometidos y nuestro deseo de que ninguna persona sufra ningún daño".

Grupos de personas convocadas por Herri Batasuna protagonizan semana tras semana incidentes junto a la concentración que realizan los empleados de la empresa Aldirans, contra los cuales lanzan objetos contundentes.

A pesar de haber exigido los trabajadores de Aldaya el mismo respeto para sus concentraciones que ellos mantienen para "quienes se concentran con fines distinto del nuestro", esta petición ha sido correspondida con insultos, lanzamiento de piedras y otros objetos.

Consideran que el símbolo de la paz, que ellos eligieron para sus concentraciones por lo que representa, ha sido "ensuciado y vilipendiado" y se ha ido convirtiendo "en un ámbito parapolémicas y discusiones, a las que nos consideramos ajenos, sobre la procedencia o no de la intervención policial".

Los trabajadores de Alditrans recordaron que su único objetivo es exigir la libertad de José María Aldaya, que hoy cumple 136 días secuestrado en manos de ETA, e indicaron que se sienten apoyados por la ciudadanía y que "las buenas gentes que nos acompañan en nuestras movilizaciones representan mucho para nosotros, porque alivian nuestro dolor y nos ayudan a soportar mejor la pesada carg que nos ha tocado llevar".

Asimismo, afirmaron que sus concentraciones finalizarán cuando ETA libere a Aldaya y "ponga fin a este cruel, inhumano y absurdo secuestro y al terrible sufrimiento que le está infligiendo a él, a su familia y a nosotros, sus trabajadores amigos de Alditrans".