Según fuentes hospitalarias, Antonio Romea presenta una afección pulmonar grave producida por la inhalación de la nube tóxica que se produjo por el escape de cloro, si bien se espera una recuperación positiva del herido en las próximas 24 horas.

El accidente se produjo cuando el operario manipulaba varias pastillas de cloro en el recinto de la depuradora de la piscina y una de ellas cayó sobre un pequeño charco formado en e suelo. La reacción resultante originó una pequeña nube de gas tóxico.

Tras conocerse el incidente, varias dotaciones de Bomberos, Policía Nacional y Policía Local acudieron al lugar de los hechos, de donde hubo que desalojar a más de 2.000 personas que, en esos momentos, se hallaban en las instalaciones deportivas.

Pese a la escasa importancia de la fuga de cloro, en los primeros minutos dos niños también hubieron de ser trasladados hasta el Hospital Infantil, aquejados de picores en la piel e iritación en ojos y mucosas.

Avanzada ya la noche, varios centros médicos zaragozanos registraron ingresos de varios usuarios de la piscina, que presentaban cuadros clínicos similares, aunque de menor importancia.