UN TRABAJADOR PIERDE UN 30 POR CIEN DE SUS INGRESOS SI SE QUEDA EN EN 1994, FRENTE A UN 11,5 POR CIEN HACE TRES AÑOS

MADRID
SERVIMEDIA

Un traajador pierde de media un 30 por ciento de su salario si se queda en paro en 1994 y tiene que vivir con la prestación de desempleo, mientras que en 1991 sólo veía reducido su poder adquisitivo en un 11,5 por cien.

Así se pone de manifiesto en un estudio realizado por la Dirección General de Previsión y Coyuntura del Ministerio de Economía, que compara los ingresos netos que obtienen los asalariados y los parados.

El cambio obedece a que en 1991, antes del "decretazo" de abril de 1992 y otras refomas introducidas en la sistema de desempleo, un parado no sólo cobraba una mayor proporción de su antiguo salario, sino que no cotizaba ni al IRPF ni a la Seguridad Social, lo que ha dejado de suceder este año.

El estudio del Ministerio de Economía, titulado "La reforma laboral y la trampa de la pobreza", pone de manifiesto que en 1991 un asalariado medio, con un sueldo anual bruto equivalente a tres veces el salario mínimo, perdía un 11,5 por cien del mismo al quedarse en paro.

Esa era la diferecia entre su salario líquido de 1.854.667 pesetas (tras descontar del salario bruto de 2.236.500 pesetas 128.723 en Seguridad Social y 253.110 en IRPF) y lo que que percibía por prestación de desempleo, 1.640.100.

En 1994, el diferencial entre el antes y el después de estar en paro ha crecido hasta el 30 por cien porque a la prestación de desempleo (que ahora sería ligeramente superior, de 1.653.561 pesetas), el Estado le resta 81.042 pesetas por la Seguridad Social y 72.768 por el IRPF.

LA "TRAMPA E LA POBREZA"

Los expertos del Ministerio de Economía consideran que las reformas del sistema de desempleo han permitido corregir la denominada "trampa de la pobreza", consistente en la falta de incentivo para aceptar un trabajo cuando sirve para ganar muy poco dinero más del que se obtiene con el seguro de paro.

A su juicio, ese fenómeno afectaba sobre todo a los trabajadores que ganaban menos de cuatro veces el salario mínimo y se vio potenciado por el "escaso control" que había "sobre el rechao de ofertas de empleo por los beneficiarios de las prestaciones, quienes, por otra parte, podían redondear sus ingresos realizando trabajos ocasionales en el mercado irregular".

El Ministerio de Economía entiende que eso provocó una fuerte rotación en la mano de obra, así como el "crecimiento acelerado del coste de las prestaciones por desempleo y, en fin, en el mantenimiento de una elevada tasa de paro estructural".

Por otra parte, el estudio pone de manifiesto que la obligación de cotizar esteaño por la Seguridad Social y por el IRPF supone una pérdida para los parados que va de 27.014 pesetas para los que cobraban el salario mínimo antes de quedar en el desempleo a algo más de 150.000 para un trabajador medio con un salario bruto de dos millones y medio de pesetas anuales.

Los parados que tienen derecho a la prestación de desempleo máxima autorizada para este año, que es de 1.865.556 pesetas al año, cobran 209.004 pesetas menos de las que habrían recibido antes de las sucesivas reformas d los tres últimos años. En dinero líquido, les quedan 1.656.552 pesetas.

(SERVIMEDIA)
25 Jun 1994
M