La comunidad autónoma más afectada es Andalucía, especialmente Córdoba, donde se ha perdido el 70% de las 50.000 hectáreas de olivar que se vieron afectadas por el granizo. Sólo en esta provincia, Asaja cifra las pérdidas en unos 20.000 millones de pesetas.

En Castilla y León los daños más graves se produjeron en Soria, donde se da por perdido el 90% del cultivo de cereal de grano, patata y remolacha y donde las pérdidas llean a los 10.000 millones de pesetas.

En esta comunidad también se vieron afectados los cultivos de las provincias de Valladolid, Zamora y Palencia, así como las cosechas de maíz, hortalizas y cereales de secano de las comarcas de Páramo, La Bañeza y Orbigo, en León.

Asimismo, los cultivos de girasol, ajos, maíz, melones y viñedo de Albacete, Cuenca y La Mancha de Toledo han sufrido importantes pérdidas, aunque Asaja aún no ha podido valorar las pérdidas en esta comunidad, que ha solicitado al Minsterio de Agricultura un plan de acciones especial para las zonas afectadas, ya que los agricultores temen especialmente las enfermedades que el viñedo pueda sufrir por culpa de las tormentas y el granizo.

En Lérida, las precipitaciones afectaron sobre todo a las cosechas de frutas y los daños se cifran en unos 4.000 millones de pesetas. El pedrisco fue también el causante de los destrozos en las plantaciones de cereales de Teruel, donde se calculan daños por valor de 2.500 millones de pesetas.

Tmbién en Valencia y La Rioja el granizo provocó importantes daños en cultivos de viñedo, frutas y hortalizas, aunque las pérdidas en estas comunidades no han sido aún cuantificadas.